ATENCIÓN AL ALUMNADO CON HEPATITIS.

La hepatitis crónica, también llamada hepatitis persistente, hepatitis lobular crónica y hepatitis crónica leve, es una inflamación leve del hígado que puede ser causada por diversos virus y condiciones.

 

La hepatitis crónica persistente puede ser causada por hepatitis B (VHB), hepatitis C (VHC), hepatitis D (VHD), por enfermedades autoinmunes como el lupus, por diversos medicamentos o por una causa desconocida (criptogénica). La mayoría de las personas no tienen síntomas. Los factores de riesgo son la hepatitis viral previa, desarrollar lupus u otra enfermedad autoinmune, así como tomar diversos medicamentos.

Los síntomas mas frecuentes son fatiga, falta de apetito, náuseas, vómitos, ictericia (esclera de los ojos y piel de color amarillo), a veces, orina de color oscuro (como el coñac) y heces de color amarillento. En algunos casos, aunque se detecte la enfermedad mediante un análisis, es posible que no se haya presentado ninguno de los síntomas mencionados anteriormente.

No siempre se necesita un tratamiento y depende de la causa subyacente de la hepatitis. El médico ha de valorar en cada caso la conveniencia del tratamiento. Las nuevas terapias para las infecciones virales crónicas pueden, en la actualidad, detener o neutralizar algunos daños hepáticos causados por ciertos virus.

La mayoría de las personas se recuperan de los síntomas de la hepatitis crónica. Sin embargo, si la enfermedad fue causada por el virus de la hepatitis C se que puede ocasionar daño hepático progresivo. En ocasiones, la hepatitis puede empeorar y provocar cicatrización hepática severa, insuficiencia hepática y potencialmente la muerte.

La progresión hacia una insuficiencia hepática no es común a muchas causas de hepatitis crónica. Sin embargo, las personas con hepatitis viral con sistemas inmunes deprimidos, incluyendo aquellos con SIDA, están en mayor riesgo.

 

 

Las vacunas contra la hepatitis

Para la prevención existen vacunas. Las personas pertenecientes a grupos de alto riesgo, como los trabajadores de la salud y los que trabajan en instituciones cerradas con personas con un grado severo de discapacidad deben estar vacunadas contra la hepatitis B. Actualmente en Andalucía se vacuna contra la hepatitis B a todos los niños y niñas. Igualmente en torno a los 12 años, dentro del calendario vacunal, se realiza la vacunación de todos los niños y niñas que no lo están.

El 10% de los enfermos de hepatitis B y el 80% de los que sufren hepatitis C pueden desarrollar una hepatitis crónica. No existe una vacuna contra la hepatitis C.

 

 

¿Qué se ha de tener en cuenta en el centro educativo?

La hepatitis B se transmite por vía sanguínea y otros fluidos corporales y la infección se puede presentar a través de:

•  Contacto con sangre en escenarios de atención médica.

•  Someterse a tatuajes o acupuntura con instrumentos contaminados.

•  Compartir agujas cuando se hace uso de drogas

•  Relaciones sexuales sin "precaución" con una persona infectada.

 

Está claro que en el medio escolar, la hepatitis B difícilmente se va a transmitir, aunque debemos mantener estrictas medidas higiénicosanitarias a la hora de atender las pequeñas heridas que se presentan en los centros escolares y que tan a la ligera se suelen tratar sin las precauciones oportunas: guantes de un solo uso, siempre que estemos en presencia de alguna herida, por pequeña que ésta parezca, independiente de que el alumno/a sea o no portador de hepatitis B.

El personal de limpieza debe conocer cómo proceder para limpiar las manchas de sangre sin correr riesgos. Para ello deben utilizar guantes de goma o manoplas, absorber la sangre con papel, no emplear para este fin bolsas de plástico y limpiar con agua y lejía (una dosis 200 cc de lejía, equivalente a un vaso por cada 5 litros de agua).

Es importante señalar que una hepatitis B, muy excepcionalmente, puede adquirirse por contacto social y en un contexto como el escolar.

 

 

¿Qué se ha de hacer en el centro educativo?

Como no es una enfermedad que merme la capacidad intelectual, los escolares no necesitarán, en principio, ningún tipo de adaptaciones para poder seguir el ritmo de la clase. Éste sólo se verá modificado por hospitalizaciones o estancias domiciliarias de larga duración, en cuyos casos sería conveniente atenderle a través del Programa de Aulas Hospitalarias o a través de la Atención Domiciliaria.

 

MEDIDAS GENERALES

•  En la adolescencia, instruirlos en las medidas para la evitación del contagio y la transmisión de la enfermedad.

•  Asimismo, en ningún caso deberán compartir jeringuillas ni otros elementos supuestamente contaminados con sangre o fluidos corporales, ya que estos podrían transmitir la enfermedad.

•  Como cualquier enfermedad infecciosa, habrá que extremar las medidas higiénicosanitarias para impedir que ésta se transmita.

 

 

 

 

Información obtenida de la Guía para la atención educativa a los alumnos y alumnas con enfermedad crónica fue editada en el 2003 por la Dirección General de Orientación Educativa y Solidaridad , dependiente de la Consejería de Educación y Ciencia de la Junta de Andalucía .

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Autor y Webmaster: Javier Pérez Soriano.

Profesor del I.E.S. Poetas Andaluces de Benalmádena (Málaga).

Técnico Superior de Prevención de Riesgos Laborales en las especialidades de: Seguridad en el Trabajo, Higiene Industrial, Ergonomía y Psicosociología Aplicada.

Formador de Formadores en Seguridad y Prevención de Riesgos Laborales.

Auditor de Sistemas de Gestión de Prevención de Riesgos laborales.