Cómo reconocer si existe o no acoso en el trabajo.

A pesar de que muchos empleados suelen acusar a sus superiores de persecución y maltrato, no siempre este tipo de actitudes son lo que parecen. Infobae.com consultó a los especialistas

"Me vuelve loco", "me persigue", "no me deja trabajar tranquilo" son frases repetidas por muchos trabajadores con respecto a sus superiores. Sin embargo, y a pesar de que parecerían ser un "ensañamiento personal", no siempre este tipo de actitudes constituyen lo que se conoce como acoso moral.

Desde el Curso de Dirección General y Planeamiento a largo plazo de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, a cargo de Estela Cammarota, describen que el acoso moral se produce cuando un superior somete, en forma permanente y sublime, a pequeños ataques repetidos que pueden atentar contra la personalidad, la dignidad o la integridad física o psíquica de un individuo, poniendo en peligro su empleo o el ambiente normal de trabajo. El empleado se transforma así en el blanco de una intención más o menos consciente de perjudicarlo.

Los docentes aclaran que no es posible separar el tema de la ética o la moral de este asunto, "ya que uno de los denominadores comunes entre las víctimas del acoso moral es el sentimiento de haber sido maltratadas, despreciadas, humilladas, rechazadas", explicaron a Infobae.com.

Sin embargo, no siempre que un empleado experimente una sensación de hostigamiento está frente a un caso de acoso moral.

Qué no constituye acoso moral

- El estrés: se trata de un estado biológico, generado por situaciones sociales y sociopsicológicas. La diferencia es que el estrés es destructivo si es excesivo, mientras que el acoso moral lo es por su propia naturaleza. Por otra parte, en esta situación orgánica no existe una intencionalidad malévola, mientras que en el hostigamiento laboral sí la hay.

- El maltrato de la dirección: algunos dirigentes suelen tener una conducta tiránica, según la cual someten a sus asalariados a una presión terrible o los tratan agresivamente, insultándolos o negándoles cualquier trato respetuoso. No obstante la violencia está a la vista de todos, como todos los empleados reciben el mismo trato, no se trata de acoso laboral.

- Agresiones esporádicas: aunque una actitud o palabra parezca agresiva, no constituye acoso moral, dado que éste se caracteriza por la repetición. En cambio, aunque una serie de conductas parezcan insignificantes, su sistematización las puede convertir en altamente destructivas. El autor Heinz Leymann afirma que, para ello, es preciso que una o más de dichas situaciones se repitan como mínimo una vez por semana y a lo largo de un plazo mínimo de seis meses.

"En términos generales, el término acoso moral es inapropiado para calificar una determinada actitud agresiva de un empresario, aunque dicha agresión haya tenido consecuencias especialmente graves para la víctima", aclaran los docentes.

- Malas condiciones de trabajo: es difícil distinguirlas de los casos de acoso moral. Por eso, en estas situaciones lo que se recomienda es analizar la intencionalidad. Por ejemplo, trabajar en un despacho estrecho, con mala iluminación y un asiento inadecuado no constituye de por sí un acto de acoso, salvo si lo recibe específicamente sólo uno de los empleados y está destinado a desanimarlo o humillarlo.

- Coacciones profesionales: hay que tener en cuenta que todo trabajo implica un cierto grado de coacción y dependencia. Es por ello que no se puede hablar de acoso moral cuando se trata de decisiones legítimas que se encuentran en el contrato de trabajo, como un traslado o el cambio de puesto.

- Otros tipos de violencia: cuando se trata de violencia externa (agresión del público o de clientes), no se habla de acoso moral. En estos casos, es la propia empresa la que debe establecen medidas de protección de sus empleados. Por otra parte, tanto la violencia física como la sexual constituyen tipos penales pero no acoso moral.

"No se trata de mejorar la productividad o de optimizar los resultados, sino de librarse de una persona que 'molesta'", aclararon los docentes. Y agregaron: "Dicha violencia no le es útil ni a la organización ni a la buena marcha de la empresa".


07/12/2007 - infobae.com

 

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